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 Mi búsqueda del orden

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Desde siempre, y también desde niña me he sentido atraída por la figura geométrica del triangulo, por las pirámides y también por las figuras espirales. Un día cuando estudiaba Bellas Artes en la universidad, el profesor de teoría del color me dijo que quería hacer un análisis psicológico de las formas que yo generaba para su clase. “usted siempre busca algo más allá, más allá de lo que no puede ver, su búsqueda no toca fondo”, aseguró y yo pensé “sólo pinto mis visiones de cuando tomo yagé” pero sí, en eso me reconozco, he sido una buscadora incansable de lo intangible, como el Amor, por ejemplo.

Espiritu infinito, enseñame el camino...

Tomar yagé o ayahuasca fue el comienzo de un viaje y la entrada a un templo desconocido, un templo donde todo era sonido, vibración, vibración manifestada como figuras geométricas unidas por el color. Por ejemplo, un día fui a una ceremonia pidiéndole a la planta sagrada sanar la relación con mi padre, mientras bebía la medicina le pedía que entrara a  mí corazón para poder perdonarlo por su ausencia… unas horas más tarde, obtuve una respuesta de la oscuridad profunda del templo, desde mi sombra empezaron a salir líneas y figuras circulares inicialmente muy oscuras, grises, plateadas,  un entramado caótico que se fue convirtiendo en una forma de 12 puntas. 

Del centro empezó a salir el apellido mi padre, el apellido que nunca tuve en el papel, de esta geometría salió la palabra Mendoza, lloré, lloré mucho con este nombre propio que en últimas no es más que un símbolo, un símbolo cargado de tristeza para mi, con el tiempo he entendido que el inconsciente se manifiesta a través de los símbolos. Después de varias horas o minutos, no sé… (cuando tomaba yagé perdía la noción del tiempo), después de llorar y reconocerme en esa ausencia, el apellido se volvió a convertir en un mandala, pero ahora de colores muy claros como azul celeste, verde agua marina, lila… un mandala con figuras que irradiaban mucha armonía. A esa hora ya empezaban a cantar los pájaros, cuando abrí los ojos, el Sol, el gran arquetipo paterno cósmico empezaba a iluminar mi nuevo comienzo, cuatro años después de ese día conocí a mi padre.

 

Esa experiencia fue la primera en la que se me rebeló el poder sanador de la geometría y eso ya la hacía sagrada en mí, en ese momento ni siquiera conocía el concepto “geometría sagrada” porque no todo entra por la razón, entendí que el corazón geometriza  el amor, que el mundo emocional se manifiesta a través del sonido y la vibración.

 

Desde entonces cuando tejo siempre busco materializar los colores y las formas de las figuras que veía en las ceremonias, muchas de ellas hacen parte de los sólidos platónicos, o sea, figuras de 3, 5, 8, 12 y 16 puntas, la geometría conlleva al orden, para mi, desde mi experiencia, un orden en mis emociones y mis pensamientos.

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About Me

Artista. Chamana urbana.  Habitante del planeta tierra. Estudiosa del Arte Sagrado del Tarot. 💖 Viajera. Tejedora.❄ Buscadora de Belleza y Sanación.🌸❄ Exploradora alquímica.💎 y nada de lo anterior me define.

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