MANDALA POR LA PAZ

Recibí una amorosa invitación por parte de la Maestra de Teatro Patricia Ariza a hacer parte de la performancia colectiva “por ellas nos rapamos” mujeres que se raparían en manifestación por las lideresas sociales asesinadas en Colombia y las victimas de los feminicidios, esto, en el día de la No violencia hacia la Mujer, el 25 de noviembre.

La acción perfomática sería; 11 Mujeres de diferentes edades quienes ofrendarían su cabello como acción irreverente y 6 peluqueras.

Las Mujeres estaban sentadas sobre una alfombra roja, viendo a los ojos a los espectadores, sus presencias brillaban en medio del silencio, el ambiente era como estar en un templo, frente a una acción sagrada, en ese momento empezó a sonar un violonchelo, sonaron también las cuchillas afiladas de las maquinas para cortar el pelo, así empezó el ritual.

Yo tendí la tela donde llevaba mi boceto del mandala, lo había diseñado días antes, inspirada en una gran flor, en el florecimiento de la mujeres y en estos nuevos tiempos.

Mientras caía el pelo de las Mujeres yo elaboraba la flor con tierra, elemental femenino por su fertilidad, la energía del momento era solemne, y el momento me inspiro a pretender vislumbrar la profundidad de lo que estaba pasando.

Mientras mis manos se fundian con la tierra pensaba en lo que significa el pelo para los estereotipos de belleza femenina, pensé en mis amigas, primas, a quienes les prohibian sus padres, esposos, hermanos que se cortarán el cabello.

También usé pétalos de rosa, las rosas que milenariamente han significado amor, belleza, suavidad, feminidad, de hecho la tradición cristiana representa a la madre María con una rosa, para hablar de su pureza, impecabilidad y maternidad.

Al finalizar la acción, algunas Mujeres donaron el pelo a una fundación de Mujeres que han sido agredidas con ácidos y el pelo de las otras Mujeres fue puesto dentro del mandala, una ofenda de belleza, dignidad y amor por la vida.

Para mi fue muy importante participar, siento que a través de mi acción y creación contuve un espacio mágico donde las Mujeres encontraron un lugar en armónia entregar sus antenas cósmicas que son el pelo y todas las memorias que ellas guardan.

Fotos: Hernán Dario Castro Martinez.